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La economía plateada

La economía plateada

La inclusión financiera de este creciente segmento de la población de adultos mayores generará oportunidades en toda la región a través de la «economía plateada»
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La pandemia ha puesto de relieve que las personas mayores en América Latina y el Caribe (ALC), estuvieron más expuestas al Covid-19 y al tiempo fueron las que más dificultades han tenido para adaptarse a la digitalización creciente impuesta por los encierros.

Ha llegado el momento de que este segmento sea visto como una oportunidad en lugar de un coste.

Todos hemos sido niños, y hemos pensado en los desafíos que afrontaríamos cuando nos convertiríamos en personas mayores. Con el pasar del tiempo, esas personas mayores van  llegando a una edad en la que la tecnología empieza a suponerles no una ventaja sino una barrera: no hay más que ver las filas en frente de cualquier sucursal bancaria, frecuentemente compuestas por adultos mayores tratando de usar la interfaz digital del banco, o ni siquiera tienen una buena conexión a Internet para accederla.

Según estimaciones de la ONU, la mayor parte de los países de la región tiene un mero crecimiento anual de la población de entre el 0% y el 1%, similar al de muchos países de regiones más ricas. Sin embargo, el número de personas que tendrán más de 65 años en la región subirá de 56.4 millones en 2019, a más de 144 millones en 2050.

Si bien, ante el panorama de la pandemia, compete hablar de salud y hospitales, pero es muy importante también empezar a pensar en el futuro: hacen falta productos financieros para esta población, ayuda y educación financiera, y acceso a la tecnología y digitalización.

Un reciente informe publicado por el Centro Universidad Católica de Chile, con la colaboración del Grupo BID, resalta las necesidades de los adultos mayores.

Sobre la base de diálogos con más de 8 mil chilenos, el informe concluye que la percepción de incertidumbre es clave en la población en general, y aumenta con la edad. Cuando avanzamos en edad, esta incertidumbre se refleja en la fragilidad con la que se percibe el futuro de instituciones como la educación, servicios como las pensiones e incluso el propio medioambiente.

Sin embargo, frente a estos sentimientos, se evidencia también esperanza, asociada principalmente a la disminución de la incertidumbre, lo que implica un deseo de que las instituciones contribuyan a generar certezas para la vida de las personas.

Esto es un hallazgo clave, y es la propia base de la llamada “economía plateada” que describa toda la compra y venta de los bienes y servicios para los adultos mayores.

Estamos en el siglo XXI, y la longevidad puede ser más productiva que en el pasado. Los adultos mayores de hoy, por ejemplo, tienen más posibilidades de seguir trabajando, estudiando y consumiendo, gozan de mejores condiciones físicas que los adultos mayores de otras décadas, y tienen más energía para disfrutar de la vida y seguir contribuyendo a la sociedad.

Hay distintos patrones de consumo y comportamiento y esto va a seguir evolucionando.

El desarrollo de servicios y productos para los adultos mayores es clave. Un reciente estudio del Grupo BID (en inglés acá) destaca que las compañías e instituciones de la región que actúan en la economía plateada están todavía demasiado centradas en los cuidados de salud (muchas son hospitales, asilos, farmacéuticas, entre otros) mientras que el papel de los actores en el consumo activo (turismo, entretenimiento, educación, vivienda) o en la inversión y mercado de trabajo es aún muy pequeño.

La conclusión del informe es que probablemente exista una demanda potencial de servicios que no se corresponde, hasta el momento, con una oferta suficiente. Ayudar al sector privado a encontrar estas nuevas oportunidades es el gran desafío.

La idea es que surjan más actores como Caja Los Héroes de Chile, entidad pionera que posee más de un millón de clientes, con un fuerte enfoque en la atención a pensionados (adultos mayores) con el 66% de la cartera de crédito social dirigido a ese segmento. BID Invest apoyó a Caja Los Héroes con fondos y apoyo para promover la educación financiera entre los adultos mayores.

Se ha ofrecido apoyo similar a otras instituciones financieras que han puesto el foco en la economía plateada, como Caja 18 y el Banco PAN de Brasil.

En Japón, se estima que el mercado de la economía plateada ha superado los US$1.1 billones, cifra que se ha duplicado en 20 años y que ahora representa prácticamente la mitad de todo el consumo del país.

En ALC, que está envejeciendo rápidamente, la economía plateada podría jugar un papel de locomotora económica. Se estima que, en 2050, más de una de cada cuatro personas (27.5%) será mayor de 60 años. En 2090, ALC será la región con el porcentaje de adultos mayores de 60 años más alto del mundo, con más del 36%, según estimaciones de la ONU.

Es hora de dejar atrás la discriminación por edad, y  que la región tenga una visión más abierta y positiva sobre los temas del envejecimiento y los adultos mayores.

A través de los inversiones de BID Invest, apoyamos la inclusión financiera de los grupos mas vulnerables de este segmento de clientes para garantir que puedan continuar haciendo su contribución a la economía de la región.




El uso de incentivos y empujones para ayudar a las empresas

El uso de incentivos y empujones para ayudar a las empresas

Los fondos de donantes pueden combinarse con inversiones de capital para crear incentivos y empujones para los equipos de gestión de las empresas, a fin de lograr un resultado específico que sea bueno para la sociedad o el planeta, e idealmente para ambos.
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Charlie Munger, el impulsor no tan conocido de Berkshire Hathaway, una vez sentenció: «muéstrame el incentivo y te mostraré el resultado». Esta sencilla afirmación resume lo que los economistas siempre han sabido que subyace a la idea de aprovechar el poder del capitalismo para lograr un beneficio, ya sea para los accionistas de una empresa, como buscaba Charlie; o para un grupo más amplio de partes interesadas.

Nosotros, simples mortales, nos regimos por nuestra interpretación de los incentivos a través del prisma de nuestra experiencia y psicología individuales. En un mundo capitalista, el incentivo más universalmente aplicado es el financiero. No obstante, a cada uno de nosotros se nos puede empujar, mediante incentivos bien diseñados, para que actuemos de una u otra manera.

Un ejemplo frecuente es el de la inscripción automática para lograr un resultado deseado, en lugar de poner como requisito la inscripción voluntaria para lograr el mismo resultado. Esta sencilla constatación ha permitido a empresas utilizar esta estrategia para aumentar sustancialmente el número de trabajadores que se suscriben a planes de pensiones, así como a los gobiernos a incrementar el número de donantes voluntarios de órganos. Tal vez la estructura de incentivos más poderosa sea la que combine una recompensa económica con uno o dos empujones.

Esto es relevante ya que en BID Invest estamos probando el uso de fondos de donantes para complementar nuestras inversiones de capital en América Latina y el Caribe, de manera tal que se generen incentivos y empujones para los equipos de gestión de las empresas en las que invertimos, a fin de lograr un resultado particular que sea bueno para la sociedad o el planeta, e idealmente para ambos.

Los equipos de gestión suelen reconocer que estas externalidades positivas valen la pena, pero podrían no ser objeto de tanto empeño sin estos incentivos y empujones financieros. ¿Por qué? Porque somos humanos, y así es como funcionamos. Sin incentivos no hay empujones, y los resultados son menos positivos.

¿Y qué ocurre con los resultados de las empresas? Son muchas las oportunidades de apoyar simultáneamente el crecimiento de las empresas y la generación de resultados sociales positivos. Emplear una mano de obra diversificada contribuye a disminuir las desigualdades, y las investigaciones sugieren que también es rentable para las empresas, como lo demuestra, por ejemplo, el Boston Consulting Group en un informe de 2018.

En otros casos, las empresas pueden generar externalidades positivas, pero no saben cómo medirlas. Este puede ser el caso de los modelos de negocio disruptivos que generan eficiencias en las cadenas de valor y que además generan una reducción neta del consumo de energía.

Saber cuáles son esas eficiencias y poder medir su impacto en el desarrollo supone un gran beneficio para la sociedad. Este «bien de conocimiento» intangible, cuando se pone a disposición del público, es reproducible y ampliable. Y este argumento podría profundizarse. También es muy valioso para la sociedad saber hasta qué punto estos modelos funcionan o no, y en qué condiciones o entornos. Con incentivar a las empresas para que experimenten se logra ese objetivo.

Hemos decidido centrar estos experimentos en las empresas más nuevas: aquellas que son disruptivas, que crecen rápidamente y que están transformando las industrias. ¿Por qué? Porque es mucho más fácil trabajar en la cultura y el ADN de una empresa cuando su cultura es incipiente que más adelante, cuando ya ha madurado y cuajado.

Además, si estas empresas tienen éxito y remodelan sus respectivos sectores, es probable que sus prácticas sean copiadas y ampliadas. ¿Cómo? Por lo general, a través de opciones de compra de acciones u otros incentivos de acciones transferidos desde la participación de capital del donante que están vinculados a resultados específicos, como el desarrollo y la aplicación de metodologías para medir la huella de carbono o la reducción de emisiones. También se pueden fijar objetivos de género, de inclusión y de PYME.

¿Y qué hay del empujón? Por ejemplo, dar a conocer la huella de carbono dentro de la empresa y potencialmente a los clientes puede ser aquel componente que “empuje”. Demostrar que un nuevo modelo de negocio no solo es rentable, sino también sostenible, puede ser otro. ¿Y cuáles son los resultados hasta ahora? Existen razones para ser optimistas; si bien es prematuro aseverarlo, los primeros indicios son positivos.

Hasta ahora, hemos realizado este experimento en tres empresas: estructuramos incentivos de género, diversidad e inclusión para un proveedor de energía solar de prepago para comunidades rurales sin acceso a la red eléctrica nacional en Guatemala y Colombia; estructuramos incentivos climáticos para implementar una herramienta de medición de la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero para una empresa de logística electrónica en Brasil; y estructuramos un incentivo climático para implementar un plan de transición y eficiencia energética para una tienda en línea de comestibles en Colombia y México.

¡Manténgase en sintonía!




Una nueva mentalidad sostenible facilitará la construcción del futuro

Una nueva mentalidad sostenible facilitará la construcción del futuro

Es importante invertir en construcción de edificaciones que reduzcan emisiones de gases efecto invernadero, pero es igual de importante, o más, crear un nuevo marco financiero y una nueva mentalidad que ayude a los inversionistas a dirigir sus fondos en este sentido.
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Jan Eskildsen y Luis Alejandro Mejía de BID Invest

 

Hace años, cuando lideraba una división de negocios verdes en un banco privado, tuve oportunidad de compartir diálogos con varios profesionales que en aquel tiempo crearon el Consejo de Construcción Verde en Guatemala. Éste fue un paso en la dirección correcta en el sector de construcción, aunque durante mucho tiempo ha existido la necesidad de mayores incentivos para seguir por ese camino.

Estos incentivos ya están llegando, con un énfasis en cómo podemos invertir distinto, esto es, incluyendo de manera central en las inversiones un enfoque en la mitigación del cambio climático y aumentando la resiliencia de la infraestructura en los países de América Latina y el Caribe (ALC).

Esto ocurre tanto a nivel de infraestructura social y financiera, como en la infraestructura física, como edificios y puentes.

Para entender este nuevo énfasis, necesitamos comprender e internalizar una nueva mentalidad que se basa en:

a) Asumir que necesitamos invertir de una manera en la que nuestras inversiones no coadyuven a que el cambio climático continúe avanzando.

b) Reconocer que el cambio climático que ya ha ocurrido no es reversible y, por tanto, necesitamos invertir en activos que estén preparados para soportar el cambio climático que ya provocamos.

Esta visión y compromiso son absolutamente necesarios, en especial, en activos de la construcción que en países del Caribe y América Central se encuentran expuestos a riesgos muy altos por eventos extremos de carácter climático. Muchos cambios al negocio tradicional son precisos, como ya señaló el Sistema Guatemalteco de Ciencias del Cambio Climático en 2019.

Al respecto, es importante invertir en infraestructura que reduzca emisiones de gases efecto invernadero. Al agregar las emisiones provocadas durante la construcción de edificios a las emisiones operacionales de tales edificios, el sector de la construcción representó el 38% del total de las emisiones globales de CO2 relacionadas con la energía. Por otro lado, el consumo en el transporte generó el 50% de las emisiones totales anuales de Guatemala, con datos de 2016.

Escalar la sostenibilidad y acción climática a futuro en el sector construcción tiene mucho más que ver con incentivos, riesgos, mercado financiero y mercadeo que con un enfoque exclusivo de certificaciones.

Las certificaciones no deben ser la formula única de promover la construcción sostenible.

La aplicación del enfoque de sostenibilidad en construcción permite crear activos patrimoniales, o bien portafolios de inversión en infraestructura a largo plazo donde la exposición a riesgos sistémicos como el cambio climático es menor; esto representa un incentivo financiero central y de gran relevancia, porque dichos activos tendrán menor exposición a ese riesgo, de carácter sistémico y permanente.

Ello resulta en portafolios a largo plazo de menor riesgo, de especial interés para los mercados de capital, fondos de inversión e inversionistas institucionales que invierten en activos de este tipo.

En BID Invest estamos trabajando con el sector privado de la región para propiciar una recuperación económica potente y sostenible post pandemia que permita escalabilidad y replicabilidad de mejores prácticas en la región. Por ello, junto con Banco Agromercantil (BAM) en Guatemala hemos diseñado una alianza que permitirá, a través de la combinación de nuestros servicios financieros y de asesoría, generar innovaciones en el mercado financiero al crearse productos financieros que brinden incentivos apropiados de mercado, tanto para proyectos de construcción sostenible, como para financiar la movilidad baja en emisiones.

Esta alianza se formalizó en el marco de la Conferencia Global sobre Cambio Climático 2021 (COP), en Glasgow, Escocia, y canalizará US$70 millones en financiamiento de BID Invest a través de BAM hacia el sector privado en Guatemala.

A través de esta alianza, se financiarán inversiones que permitan reducir las emisiones de gases efecto invernadero en construcciones, ahorrando al menos un 20% en energía, 20% en agua y 20% en materiales de construcción, tanto en la construcción como en la operación de los activos.

Adicionalmente, se podrán financiar vehículos híbridos y eléctricos, y se espera ampliar financiamiento hacia otros métodos alternativos con cero emisiones para la movilidad urbana, que permitan capitalizar los esfuerzos públicos de creación de medios alternativos de transporte como las ciclovías.

BID Invest y BAM comparten valores orientados a la innovación y a romper paradigmas dentro del sistema financiero tradicional, que permitan el triunfo de los negocios sostenibles. Por ello, hemos creado una alianza ganar-ganar basado en unir esfuerzos, recursos y visiones compartidas para un objetivo en común, contribuyendo a su vez a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas.

Aún queda una brecha entre esta primera iniciativa y cómo transcenderla a nivel nacional para que más instituciones se sumen a este esfuerzo. Con iniciativas y alianzas  se potencia y acelera una nueva tendencia hacia el cambio que esperamos permita escalar el financiamiento de la construcción sostenible y movilidad baja en emisiones en Guatemala y en el resto de la región centroamericana. 




Obstáculos para los accionistas minoritarios que buscan salir de su inversión

Obstáculos para los accionistas minoritarios que buscan salir de su inversión

Una de las características más atractivas de emprender es la posibilidad de construir empresas con socios. Es por eso que las dificultades legales para los socios minoritarios que desean desprenderse de inversiones privadas representan un obstáculo clave para el capital privado y particularmente para inversores individuos, incluyendo individuos de alto poder adquisitivo.
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Un detalle poco conocido sobre 2020 y la primera mitad de 2021 es que fue un año récord de entrada y salida de capital de empresas privadas en América Latina y el Caribe (ALC). Esto ocurrió a pesar de los conocidos obstáculos a los que se enfrentan los accionistas minoritarios que intentan salir de sus inversiones en la región.

Con una contracción generalizada de las economías a causa del aislamiento que conllevó la pandemia, el motor que impulsó esta tendencia fue el exceso de liquidez mundial debido a que las tasas de interés se redujeron hasta alcanzar mínimos en los mercados desarrollados. La pandemia creó oportunidades de inversión atractivas, en particular, en capital de riesgo de empresas de tecnología, como podemos ver por la forma en la está madurando el sector del capital privado en ALC.

En 2020, el sector de capital privado de América Latina demostró su resiliencia en medio de la pandemia de Covid-19 y la disrupción económica resultante en toda la región. Los administradores de fondos invirtieron US$16.300 millones en 653 negocios en 2020, cifra récord de acuerdo con las estadísticas compiladas por la Association for Private Capital Investment in Latin America (LAVCA).

Según LAVCA, 2020 también fue un año récord de salidas, impulsadas por la actividad de los mercados públicos en la bolsa de comercio brasileña B3. Los administradores de fondos de capital privado enajenaron US$11.100 millones en 105 operaciones de salida. De forma similar a lo ocurrido en mercados desarrollados, las tasas de interés históricamente bajas impulsaron el capital a títulos que crearon un mercado receptivo de ofertas públicas iniciales. Como resultado, los administradores de fondos de capital privado utilizaron los mercados de capitales públicos principalmente en Estados Unidos y Brasil para lograr liquidez

LAC sí registró mucha actividad de inversión, pero ésta podría —e incluso debería— haber sido mayor. Un problema clave es la dificultad que implica salir de las inversiones privadas. En la edición 2020 de la Global Limited Partners Survey (encuesta de socios comanditarios mundiales) de EMPEA, realizada en colaboración con la LAVCA, el 22% de los participantes manifestaron estar preocupados por el entorno de salida como freno a las inversiones en la región, un porcentaje que se mantuvo estable durante los últimos años en los que la encuesta reflejó una proporción subpar de resultados de salida y capital atrapado.

De acuerdo con un informe de EMPEA/LAVCA, la región cuenta con una tasa de penetración de capital privado a cinco años de solamente 0.18% por comparación con 186% en Estados Unidos. En una región en la que el acceso al financiamiento bancario es escaso, el capital privado juega un papel vital a fin de que las empresas puedan obtener financiamiento a largo plazo para afrontar las

demandas industriales y de los consumidores locales.

Esta baja penetración de capital en ALC podría estar relacionada al hecho de que las estructuras tradicionales de financiamiento de capital de riesgo y capital privado presentan desafíos inherentes a los administradores de fondos, incluida la superficialidad de los mercados de capital locales al limitar el número de posibles compradores. También hay inconvenientes para los socios minoritarios que tienen derechos limitados bajo la legislación local, y están sujetos a una relación de debilidad frente a un accionista mayoritario.

El hecho de que muchas inversiones en los mercados emergentes hayan sido y sigan siendo inversiones minoritarias de capital en negocios de crecimiento también puede complicar las rutas de salida, ya que puede resultar difícil alinear a los patrocinadores de la empresa y los accionistas minoritarios al momento de la salida. Además, es normal que los patrocinadores tengan una gran incidencia en el proceso de toma de decisiones.

Como la región cuenta con muchas empresas familiares, también resulta bastante común encontrarse con situaciones en las que un inversor minoritario desea abandonar su participación minoritaria en un negocio, pero la familia no está de acuerdo y no lo deja ir. De manera similar, si bien la reventa al promotor es una opción que suele estar incluida en las condiciones de los negocios originales, puede que los inversores no lo vean como la opción más atractiva y, en todo caso, algunos tienen problemas para ejercerla. Resolver este tipo de casos en la justicia puede llevar años, lo que lo convierte en un paso inviable para la salida.

La combinación de la falta de un mercado para la venta de acciones y los fuertes derechos legales de los accionistas mayoritarios se convierten en la combinación perfecta para terminar en un proceso judicial o arbitraje con altos costos para los accionistas y la empresa.

Encontrar vías de salida apropiadas también es difícil para los socios minoritarios. Todo esto contribuye a hacer que resulte más difícil que los inversores en empresas que no cotizan en bolsa consideren su experiencia en los mercados emergentes de la región como un éxito resonante. ¿Qué se debe hacer al respecto?

El instrumento clave para regular la salida de los accionistas minoritarios es un acuerdo de accionistas que brinde diferentes posibilidades de salida. Un buen acuerdo incluye múltiples características, incluidos derechos de protección de los accionistas minoritarios, como:

  • Elegir a representante

    La designación de un miembro del directorio o veedor que represente al socio minoritario.

  • Establecer condiciones

    El establecimiento de actos societarios que requieran el consentimiento del accionista minoritario o una mayoría calificada.

  • Respetar derechos

    Derechos de preferencia de los accionistas para integrar las nuevas acciones emitidas antes de que estas les sean ofrecidas a terceros para evitar una posible dilución.

  • Mantener informados a los socios

    Compromisos de presentación de información financiera de manera que esta se encuentre disponible para todos.

Lo que es más importante, el acuerdo también debe especificar los derechos de salida, como los derechos de transferencia (el derecho de poder vender las acciones cuando se desee a fin de maximizar el retorno de la inversión). Por otra parte, cuando resulte posible se debe evitar o mitigar cuando resulte posible el uso de instrumentos como las opciones de compra de acciones (que pueden forzar la venta de la tenencia minoritaria en el momento incorrecto), los derechos a la primera oferta (ROFO, por sus siglas en inglés) y derechos de tanteo (ROFR, por sus siglas en inglés), que limitan el alcance de los posibles compradores de participaciones minoritarias; aunque para los accionistas minoritarios son mejores los ROFO que los ROFR.

No nos olvidemos de las opciones de venta de acciones (a las que a veces nos referimos como un “mal necesario”); es decir, el derecho de vender acciones a terceros en virtud de ciertas condiciones acordadas previamente, lo que les otorga un mecanismo de liquidez a las acciones, pero no garantiza el retorno de la inversión.

Las cláusulas de acompañamiento, el derecho de vender si y cuando venden ciertos accionistas en los mismos términos y condiciones (incluido el precio), también se consideran un derecho de salida clave para los accionistas minoritarios.

En resumen, la protección de las minorías y los derechos de salida son clave para invertir en empresas privadas como accionista minoritario. Los inversores sofisticados, como los gestores de fondos y muchos inversores institucionales, han aprendido hace mucho tiempo acerca de estos obstáculos. Sin embargo, éste es el momento, a medida que la industria del capital privado se desarrolla en ALC, para asegurar que aquellos individuos inversionistas minoritarios que deseen continuar ayudando a la región a recuperarse de la pandemia tengan las protecciones y los derechos necesarios para tratar de superar los obstáculos de salida del pasado. Si te sientes identificado con estos obstáculos, se consciente al momento de invertir y obtén el asesoramiento de expertos.




¿Puede el crédito digital impulsar el comercio electrónico en MiPymes?

¿Puede el crédito digital impulsar el comercio electrónico en MiPymes?

IDB INVEST
Por: Maria Laura Lanzalot, Rodolfo Stucchi y Lucas Figal Garone todos de BID Invest

Uno de los grandes desafíos de las economías de América Latina y el Caribe (ALC) es la incorporación de las micro, pequeñas, y medianas empresas (MiPymes) al comercio electrónico o por internet. La solución puede estar en el llamado “crédito digital”.

El 99 por ciento de las empresas de la región son MiPymes, que generan el 60 por ciento del empleo y el 40 por ciento del Producto Interior Bruto, pero reciben menos del 15 por ciento del crédito empresarial. Sólo un 1 por ciento participa en el comercio electrónico.

El impacto económico de la pandemia acentuó los problemas. La mayoría de estas empresas vieron reducida la demanda por sus productos, muchas se vieron obligadas a no operar y, a pesar de las políticas públicas que se implementaron, el crédito también se vio afectado. Muchas de estas micro empresas no sobrevivieron.

Paradójicamente, la pandemia también ha generado nuevas oportunidades, impulsando a muchas empresas a buscar canales de venta online para sobrevivir. Si bien el monto total de transacciones digitales en Mercado Libre (MELI), la principal plataforma de comercio electrónico de América Latina y el Caribe, ya venía creciendo significativamente, en 2020 alcanzó 50 mil millones de dólares, lo que implicó un crecimiento del 75 por ciento respecto del 2019.

Para los consumidores, el comercio electrónico puede aumentar la competencia en el comercio, facilitar el acceso a la información de precios, incrementar la variedad de productos disponibles, y generar ahorros de tiempos. En el caso de las empresas, les permite reducir costos, incrementar eficiencia, y llegar a nuevos clientes. Adicionalmente, los pagos digitales favorecen la trazabilidad de las operaciones, aspecto que favorece la seguridad del dinero, reduce la informalidad y facilita la fiscalización tributaria.

Para impulsar el comercio electrónico de las Mipymes, es clave entender los desafíos que impiden su participación. Estos incluyen problemas persistentes provenientes de brechas digitales (falta de acceso a internet, computadoras y recursos humanos con habilidades digitales), informalidad, falta de educación financiera y canales de logística poco desarrollados, entre otros. La falta de financiamiento también puede dificultar la transformación digital y reducir la capacidad de crecimiento de sus ventas online.

LAS VENTAS SUBEN PARA LAS EMPRESAS QUE RECIBEN EL CRÉDITO

Las empresas que recibieron el crédito incrementaron sus ventas trimestrales a través de las plataformas de MELI en los siguientes seis meses – en un 34 por ciento en promedio durante el primer trimestre y en un 26 por ciento en el trimestre siguiente – en comparación con empresas similares que no recibieron el crédito. En términos monetarios, esto significa que un vendedor promedio que tomó un crédito con Mercado Crédito vendió AR$376.000 más (casi US$ 4.300) durante un semestre que lo que hubiese vendido sin el crédito.

Este efecto también fue claro en los meses posteriores al distanciamiento social, preventivo y obligatorio que impuso Argentina debido a la pandemia. Para quienes recibieron el crédito en el segundo trimestre de 2020, sus ventas en el ecosistema MELI fueron, en promedio, 55 por ciento mayores que aquellas empresas similares que no recibieron la línea de crédito; y un 36% mayores en el trimestre subsiguiente.

Estos resultados muestran que el efecto sobre las ventas de las MiPymes en MELI dura dos trimestres, lo cual es consistente con el tipo de financiamiento ofrecido por Mercado Crédito. Al ser principalmente préstamos de corto plazo que las empresas utilizan para financiar sus necesidades de capital de trabajo, luego de haber usado ese capital de trabajo adicional retornan a su nivel de ventas promedio.

La interacción entre una Fintech y una plataforma de comercio electrónico puede contribuir a que estas empresas aumenten sus ventas dentro de dicho ecosistema. Aún queda por responder cómo más MiPymes pueden aprovechar de manera duradera las oportunidades del comercio electrónico. Los desafíos son grandes, pero también lo son los beneficios para nuestras economías. Más aún en un mundo post-pandemia donde es muy probable que la nueva normalidad implique más comercio electrónico.




La nueva alternativa ecológica a la fibra textil tradicional

La nueva alternativa ecológica a la fibra textil tradicional

IDB INVEST
Por: Hilen Meirovich – Servicios de Asesoría en Cambio Climático de BID Invest y Guillermo Foscarini – Agronegocios en BIB Invest.

La llamada “fibra de celulosa”, una alternativa ecológica a fibras textiles tradicionales, puede ayudar mucho.

Todos entendemos la necesidad de manejo sostenible de los recursos y de mayor trazabilidad en los productos finales que consumimos.

Los consumidores finales nos estamos concientizando a pasos agigantados. Es por ello que las empresas que ofrezcan productos que respeten el medio ambiente, siendo más baratos que los que sustituyen, tendrán todas las de ganar.

La “fibra de celulosa”, una alternativa textil al algodón y al poliéster, es un perfecto ejemplo de todas estas características. Este producto, que representa en torno al 6% de los textiles producidos actualmente, se produce con fibras textiles a base de la celulosa de la madera, con lo que es biodegradable.

Esta fibra sirve para la fabricación no sólo de textiles. También hablamos de mascarillas anti-contagio como las que todos usamos en estos tiempos, productos de higiene e incluso aislamientos térmicos para domicilios, que permiten la rebaja de los costos de calefacción y son más fácilmente reciclables que otros productos de aislamiento.

La base de este producto de propiedades casi milagrosas es la pasta de madera en disolución (llamada DWP por sus siglas en inglés) que se produce en plantas de pulpa de madera localizadas en zonas con posibilidad de contar con este recurso cultivado de manera sostenible.

El año pasado BID Invest colideró un ambicioso financiamiento de US$1.100 millones para la empresa brasileña LD Celulose, para construir una de las plantas de pulpa de madera en disolución más grandes del mundo en el estado de Minas Gerais, en Brasil.

Este es un proyecto emblemático y ya premiado, con la participación de la agencia estatal de crédito a la exportación Finnvera y siete bancos comerciales. La planta, que aspira a ser la más eficiente a nivel mundial, busca fortalecer la competitividad de la industria de la celulosa de Brasil al tiempo que apoya los esfuerzos del país hacia la mitigación del cambio climático.

La clave del éxito de la fibra de celulosa está en su combinación de bajo costo con bajo impacto climático  ¿Más ventajas? La fibra de celulosa redunda en menor consumo de agua, ya que precisa de mucha menos para su fabricación que las fibras convencionales. Y ya ha llegado al mundo de la moda, con colecciones íntegramente de este tipo de textil.

En un momento clave para el planeta, el paso hacia modos de producción más ecológicos es clave para el futuro de todos, y nuevas tecnologías de este tipo serán un foco persistente para entidades como BID Invest. Este foco será necesario para implementar nuestra estrategia de Invertir en Revertir, con la ambición de catalizar recursos hacia proyectos sostenibles en la economía real, con efecto multiplicador.


La opinión de expertos