La región centroamericana conmemora en el presente año el Bicentenario de la Independencia.
Esta celebración representa un momento clave en la historia, y aún más importante, la oportunidad de plantear soluciones integrales y regionales para trabajar de manera conjunta en la competitividad y la estrategia necesaria para afrontar los retos futuros.
La apertura del diálogo entre países de la región permitiría esta integración tan anhelada por todos aquellos que buscan más y mejores oportunidades de comercio entre los países. Sin embargo, da espacio a la apertura de oportunidades de discusión, a afrontar una serie de problemas que compartimos dentro de cada país y que tenemos distintas maneras de superarlos.
Es momento de buscar metas comunes y alcanzables en la búsqueda de una sociedad integrada, unida y dispuesta a hacer los cambios necesarios para salir adelante en momentos de crisis como los que hemos vivido en los últimos 19 meses.
Esta oportunidad enmarcada en el ámbito de la conmemoración de los 200 años de independencia permite, por su misma naturaleza, estar mas sensibles a nuestra historia, a los hitos importantes en el crecimiento de los países y a las situaciones que no se han manejado de una buena manera. Y como dice el dicho ¡el que no conoce su historia, esta condenada a repetirla!
Conociendo los aciertos y desaciertos de nuestra historia, la importancia de atender los problemas de manera regional y el trabajo en conjunto de los distintos sectores, acompañado de una escucha activa y tolerante, podemos formular una estrategia de largo plazo que permita atender de raíz las situaciones de competitividad que afectan a cualquier empresa que busca internacionalizar sus productos y servicios.
De esta manera podemos generar una agenda de cambio estratégica que busque el crecimiento de las oportunidades de empleo, del comercio intrarregional a través de la integración del mercado centroamericano y afrontar los retos necesarios para presentar un frente fuerte, unido y competitivo ante el mundo.